jueves, 11 de abril de 2013

Despiden a Lucas Carrasco de Nacional Rock

María Seoane lo despidió. “Fue por no pedir viáticos y pagar las cosas de mi bolsillo. Arruinando negocios sindicales”, denunció Lucas Carrasco. “Miceli dijo lo que no piensa y le va lo más pancho", lanzó. Dice que la vida sigue y acá no pasó nada. Así lo relató en su blog
Y bue.
Primero fue porque quise matar a Leuco. Me echaron de Radio Nacional, esa vez, recién llegaba yo, con un bolsito, a Buenos Aires. Hoy me volvieron a echar, por ir a La Plata a cubrir las inundaciones sin pedir viáticos y pagando las cosas de mi bolsillo. Arruinando negocios sindicales. Las corporaciones. No me voy a ninguna otra radio, no me voy a Clarín ni nada. Cambio de oficio, seguramente.
¿51 muertos y vamos a discutir el periodismo?
Pasa que.
No sé hacer otra cosa y no sé hacer lo que hago de otro modo. Voy a trabajar en lo que salga. Sigo apoyando al gobierno. Y peleando por mis ideas. En Argentina hay libertad de expresión, pero hay que pagar el costo.
No es para tanto.
Cuento ésto acá porque es mi blog personal.
Pero ni me hago opositor ni tengo nada que hablar con los medios que me están llamando. Apoyo firmemente este gobierno. Soy bloguero ultraK.
Que la derecha o los zapatitos blancos del periodismo no traten de usarme para sus intereses. Los audios de la cobertura que yo hice en La Plata, lo que dije de cómo funcionan los medios estatales y los sindicatos, están. Podría no haberlo dicho. Ahora, bueno, me están acusando de maltratar a un operador, de burlarme de María Seoane -que mandó a su secretaria a llamar a un empleado para que me diga que estaba escuchando, eso fue lo grave: yo lo conté al aire- y de no ir hoy a trabajar, cuando sabía que iban a cocinarme, las corporaciones, por los curros.
Lo sabía porque no soy un burócrata, soy periodista. Y aunque todos mis defectos coincidan con el Código Penal, yo saludo a los invisibles, los mozos, las de limpieza, los cadetes, de forma más afectuosa que a las estrellas del firmamentito fiscal. Tengan cuidado cuando van a apretar a un director por los viáticos, puede haber alguno que trabaja en negro pero es invisible -nunca publicó, por ejemplo, una nota en Miradas Al Sur- y puede salir a contarlo.
No es un caso de libertad de expresión. Hay libertad de expresión. Dije lo que pienso, de la manera como lo pienso. Y no me arrepiento ni estoy enojado.
Miceli dijo lo que no piensa y le va lo más pancho. Así es el sistema.
Recién, uno del gobierno, que fue mi amigo, me llamó, ya con distaaaaancia para decirme "Lucas, no vas a cambiar el mundo solo".
Ajá.
¿Pero no tengo derecho a resistirme de que "el mundo" quiera cambiarme a mí?
Puede que el problema sea yo. Incluso, en serio, ahora me siento un estropajo. Hay una medianera, finita y para quilombos, entre mi férrea defensa del ideario kirchnerista y la práctica en niveles medios y así. Pero puede que el equivocado sea yo y no es humildad, no, no, es que estoy un poco triste. Por otras cosas.
Mañana la vida sigue. Y voy a aprovechar, ahora que tengo tiempo libre, para volver a La Plata.
Tengo un pequeño orgullo.
No salgo en ningún diario.
Aprendí cómo no darle de comer a la prensa militante de derecha, al Partido Clarín y los predicadores de moral ajena.
Y en los medios K, la cosa es más simple.
Yo soy puto, drogadicto, judío, antisemita, chorro, maltratador, blando, loco, imbécil, genio, y así. Si no te pueden tirar los archivos, porque a uno no le importa, si no te pueden psicopatear, ni se gastan. Pero hay que saber diferenciar el apoyo a un proyecto nacional y popular y a un tiempo loco, más atorrante que yo, vertiginoso y complejo, que me hizo pasar los mejores años de mi vida y del cual, además, espero más y que se profundice y nos encontraremos, más vale, en la misma trinchera mañana o el lunes. No, en media hora. Hay que saberlo diferenciar de los menudeos de los medios, marginales, incluso, pero de los medios. El periodismo es otra cosa. Y yo le guardo un hermoso respeto. Que me chupen la pija todos, yo amo el periodismo, como género literario, como voluntad de cambiar, así sea incendiando o poniendo un ladrillo, un sofisticado mundo de mierda.
Si yo tuviera otro oficio, si supiera hacer algo, ni me preocuparía. Pero todo ésto, les digo, sobre todo, a los más pibes, son cosas menores. Cosas de los medios. Que no valen una mierda.
Estas cosas son para los Miceli. A mí me quedan grandes, me quedan lejos, me hartan. Llevaron los ideales a umbrales difíciles de sostener, muchachos, subsecretarios del olvido. Pero yo ya vivía así, eh. Yo ya pensaba así. Yo ya me la banqué, antes de que ustedes, siquiera, le pongan media firma al expediente del socialismo yo ya me equivocaba con una pasión tan linda, tan libre. No había viáticos para soñar.
Y si ahora los hay, yo no los quiero.
Pero en todos lados pasan estas cosas.
Y siempre, pero siempre, tenemos el derecho a resistir que el mundo quiera cambiarnos. Aunque estemos equivocados. Si los que tienen razón hicieron éste mundo, yo puedo trabajar, de cualquier cosa, a reglamento. Pero jamás pensar a reglamento. Pero jamás callarme a reglamento.
Alguno de estos chicos de la revolución inmobiliaria tendría que haberme dicho " yo por lo menos vine viaticado".
No se les ocurrió. Hubiera tenido más glamour.
La vida sigue. Acá no pasó nada.
Pero si alguien quiere ofrecerme un trabajo, gracias.
Seoane casi renuncia a Radio Nacional por el escándalo de Lucas Carrasco
La directora de Radio Nacional quiso presentar su renuncia luego de la polémica que se desató con el despido del bloguero K. La frenaron desde el equipo de Medios del Gobierno. Carrasco, sin embargo, se descargó por Twitter y le echó la culpa a Máximo Kirchner
El escándalo por el despido del bloguero K Lucas Carrasco de Radio Nacional se agravó hoy puertas adentro del kirchnerismo luego de que la directora de la emisora estatal, María Seoane, amenazara con renunciar.
La Política Online anticipó ayer que Seoane despidió a Carrasco de la Radio y que el autor del blog República Unida de la Soja, que le permitió el acceso a varios medios afines al Gobierno, explicó que “fue por no pedir viáticos y pagar las cosas de mi bolsillo; arruinando negocios sindicales”.
Desde anoche y durante toda la jornada de hoy, Carrasco realizó un descargo implacable por Twitter, como suele hacer en un tono por demás crítico contra el Gobierno pese a asumirse como kirchnerista, e incluso se metió con Máximo Kirchner.
“Anda dolido Máximo Kirchner me cuentan los que me manda a que me cuenten. Por eso me echó. Y yo cubriéndole las espaldas. No me van a pagar”, tuiteó hoy Carrasco.
“Y ojalá, Máximo, sigas dolido. Te hace falta. Porque estás grandecito para manifestarte dolido a través de esos nabos, habla mal de vos”, prosiguió el bloguero.
“Me dice Hernán Reibel (vocero de La Cámpora) que no me va a permitir que diga que Máximo Kirchner es muy cruel. No me va a permitir que se entere. Hola, Máximo!”, ironizó Carrasco.
Fuentes del kirchnerismo aseguraron a LPO que por esta polémica Seoane quiso presentar su renuncia y que desde el equipo de medios del Gobierno la frenaron.
En el Gobierno no podían soportar que Seoane renunciara a menos de una semana del escándalo entre el periodista de la TV Pública, Juan Miceli, que se peleó al aire con el titular de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque.
Fuente: La Politica Online

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