domingo, 18 de julio de 2010

Susana Viau: Una extraña historia de avales falsos y engaños entre Matías Garfunkel y Raúl Moneta

Por: Susana Viau - Especial para Clarín
En los primeros días de mayo, la pugna por las acciones italianas de Telecom alumbró en Roma su episodio más grotesco. El empresario Matías Garfunkel, y su asesor financiero Raúl Moneta se registraron el sábado 1° en el Hotel de Russie a la espera de la “garantía de disponibilidad de fondos” (equity commitment letter) que Garfunkel necesitaba para formalizar la oferta y Moneta se había comprometido a conseguir, mediante el pago de un 1% del monto garantizado. Los papeles llegaron el martes. Eran dos cuartillas con el membrete “Barclays”, fechadas el 4 de mayo y dirigidas a Garfunkel (ver facsímil ). Señalaban que “por instrucciones de nuestro cliente, República Media LLC” (es decir, Moneta), el Barclays Holding PLC certificaba la existencia de fondos de “libre disponibilidad” por 751 millones de dólares depositados en la cuenta de Garfunkel. La persona designada como contacto era Brittany Ann Shepard, a través de su e-mail (britanny.shepard@brclysholdingplc.co.uk) y un teléfono: +44(0) 2080991043.
Un tercer hombre compartía la estadía de los pasajeros del hotel de la Via del Babuino: Jorge Ernesto “Corcho” Rodríguez, socio de Moneta en Arena Entertainment, una firma constituida pocos días antes (el 30 de abril) y disuelta tras el incidente. En Arena figuraba también Sandra Cuello, socia a su vez de Garfunkel en Alinghi S.A. Además de los lazos comerciales, Rodríguez contaba con un capital extra: su cercanía a Julio De Vido o mejor al secretario José María Olazagasti y la amistad con Luca Simoni, yerno del ex Siemens y ex Celulosa Carlos Sergi. Simoni tenía la llave de los contactos italianos que, sin embargo, Moneta se adjudicaba y a los que se refería como “la Camorra”.
Según las versiones que maneja la Guardia di Finanza (dependiente del ministerio de Economía italiano), el Crédit Suisse observó que la nota que requería no estaba firmada por el Barclays Bank sino por el Barclays Holding PLC, una entidad no autorizada para emitir esa garantía; la Shepard no figuraba entre empleados del Barclays ; su dominio de e-mail había sido creado en España por 10 euros y su teléfono era un “call back” . Así se lo comunicaron a Garfunkel quien desde el lobby habló a la habitación de su asesor y le exigió que bajara: “los avales son truchos” , le reprochó. Garfunkel trató de aliviar la situación y redactó una “comfort letter” -carta de intención- en la que se lamentó del intento de fraude , insistió en la voluntad de continuar la operación junto a un nuevo “partner” y ofreció sumarse a cualquier acción legal que se creyera necesario entablar. El destinatario era Leone Pattofatto, jefe de M&A (fusiones y adquisiciones) del Crédit Suisse de Roma, designado por los italianos para evaluar las ofertas y el banco donde Garfunkel tenía depositados sus fondos. Después, Garfunkel voló a Nueva York y Moneta embarcó hacia Buenos Aires.
-¿Les retuvieron los pasaportes en el aeropuerto? -No creo –responde sonriendo el hombre cercano a la Guardia-, le dijeron al señor Moneta que eso podía ocurrir, pero me parece que fue para meterle un poco de miedo en el cuerpo, nada más.
Menos de un año antes, Garfunkel se había convertido en el financista de Moneta para la adquisición de las radios Rock&Pop, Blue, Metro, Libertad, Belgrano al grupo mexicano CIE.
Una inversión de 28 millones de dólares a la que Moneta aportó poco y nada; hasta la estancia La República, de Luján, habría pasado a manos del Banco Macro, uno de sus acreedores.
De regreso en Buenos Aires, Garfunkel pidió a Moneta un análisis de lo hecho con los 28 millones que había entregado para la compra de las radios. Las cuentas, al parecer, demostraron que, en números reales, la operación no superaba los 14 millones de dólares . La diferencia entre el dinero puesto por Garfunkel y lo que, en verdad, percibieron los mejicanos del CIE eran casi otros 14 millones. El empresario emplazó a Moneta: la devolución del dinero o las radios. Moneta habría contestado: “Tomalo como un préstamo.
Si no te lo devuelvo, en tres años, te quedás con las radios”. Al empresario le debe haber temblado el corazón. Nadie sabe cuánto podrán costar las radios al cabo de un trienio de “gestión Moneta”. La historia parece desembocar, inevitablemente, en un juicio penal.
En voz baja se asegura que la curiosa relación de Moneta y Garfunkel fue alentada desde el círculo íntimo de Olivos, donde saben de la experiencia de Moneta en el armado de multimedios útiles a las reelecciones presidenciales. Agregan que Garfunkel sólo se entrevistó un par de veces con Cristina Fernández y habría sido ella quien a fines de abril -la fecha ronda el 26- lo instó a desembarazarse de sus socios originale s en el proyecto Telecom: Eduardo Eurnekian, Ernesto Gutiérrez y los Werthein. El remedio, como de costumbre, sería peor que la enfermedad.

Fuente:
Diario Clarín

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