viernes, 26 de febrero de 2010

Clarín cuestiona el discurso oficial contra el grupo

La calificación de monopolio aplicada al Grupo Clarín no guarda relación con la realidad del mercado, en el cual operan numerosos medios con los más diversos contenidos y orientaciones
Uno de los recursos utilizados en forma reiterada por el oficialismo y, en particular, por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en sus ataques a la prensa independiente, consiste en referirse al Grupo Clarín como "monopolio". La utilización de este término no guarda relación alguna con la realidad del mercado de los medios de difusión.
Cualquier persona que conozca los puestos de venta de diarios y revistas, sintonice la radio o recorra la oferta de canales de televisión, puede comprobar que dispone de una amplia oferta de medios con los más variados estilo, temática y rango de opiniones. Esto incluye algunos medios privados oficialistas en los que participan empresarios cercanos al kirchnerismo.
En prensa gráfica se contabilizan 13 diarios nacionales pagos de información general, entre los cuales figura Clarín. Este diario tiene una fuerte participación en el mercado local y es el de mayor circulación entre los diarios latinoamericanos en español y ello se debe, simplemente, a la libre elección de los lectores.
En el mercado radiofónico existen 550 licencias en Capital Federal y el Gran Buenos Aires y 5.500 en el país, de las cuales el Grupo Clarín tiene 2 y 9 licencias respectivamente.
En televisión abierta, el Grupo tiene un canal de los 5 existentes en Capital y el Gran Buenos Aires, y 4 de los 44 que operan a nivel nacional. En canales de noticias hay 5 señales nacionales, de las cuales Clarín tiene una.
A esto debe sumarse la amplia y creciente oferta de Internet, que compite con los medios tradicionales.
Cabe señalar finalmente, que el Gobierno utiliza los medios públicos como órganos de publicidad oficial, desvirtuando su carácter de medios estatales.
La utilización del término monopolio para referirse al Grupo Clarín debe considerarse, por lo tanto, como un recurso más del oficialismo para distorsionar la realidad y tratar de engañar a la ciudadanía en su campaña de agresión a la prensa independiente.

Fuente: Diario Clarín

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