jueves, 27 de agosto de 2009

Néstor Kirchner llamó a dar batalla contra Clarín

Durante 40 minutos arengó contra el multimedios y el campo ante intendentes del conurbano. En una cena con los barones de la primera sección electoral y el gobernador Scioli, Kirchner recuperó el discurso bélico de la disputa con el campo y defendió la embestida contra el holding.
Por: Nicolás Wiñazki
Como en los viejos tiempos de la Guerra Gaucha I, Néstor Kirchner reunió ayer a los barones del conurbano para involucrarlos en las batallas que lo obsesionan: el campo y Clarín. En un polideportivo de Caseros, en el partido de Tres de Febrero, el ex presidente de la Nación y del PJ juntó al gobernador Daniel Scioli y a los jefes comunales de la primera sección electoral (los más poderosos), a quienes intentó arengar con un discurso de cuarenta minutos basado en ataques constantes a los ruralistas y al multimedios, al que identifica como causa de sus pesares. Antes, el santacruceño-bonaerense dio una conferencia de prensa en la que negó que piense aumentar las retenciones, defendió el nuevo proyecto de ley de servicios audiovisuales y minimizó las chances electorales de Eduardo Duhalde y Carlos Reutemann. Entre risas, dio además su particular visión de su derrota electoral del 28-J: “La gente votó para profundizar el modelo”.
Lo más contundente del pensamiento de Kirchner, como siempre, se escuchó en la cena privada que tuvo con los intendentes y con Scioli. Su primer objetivo fue Clarín: “Tenemos que dar esta pelea contra el multimedios. Yo no me animé a hacer lo que está haciendo Cristina, que manda al Congreso la nueva Ley de Radiodisfusión, se los confieso. Ese grupo pasó el Proceso, el gobierno de Alfonsín, la década del noventa, siempre presionando por sus negocios. Hay que ponerle un freno. Los necesitamos para eso”. Los jefes comunales del peronismo, a los que Kirchner había acusado tras el fracaso electoral de ser la “vieja política”, no parecían estar muy alegres con esta nueva arenga. Tampoco Scioli. Algunos intendentes, como Sergio Massa, de Tigre, se entretuvieron comiendo pan. A su lado, su colega de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, le hacía bromas al oído. Al jefe de Hurlingham, Luis Acuña, tampoco se lo vio muy entusiasmado. El intendente de San Miguel, Joaquín De Latorre, que participó de la conferencia de prensa, directamente se fue antes de sentarse a la mesa. El anfitrión del encuentro, Hugo Curto, pasó la velada sonriendo en silencio.
Kirchner se envalentonó con el paso de los minutos y a medida que hablaba su cara se fue poniendo roja, el mismo tono de su corbata. Hasta defendió a su esposa, Cristina, por haber comparado el “secuestro” de goles que a su juicio realizaba hasta hace poco TyC con el secuestro de personas que cometió la última dictadura: “Hizo bien en decir lo que dijo. Nos habían secuestrado los goles como antes secuestraban a las personas. Yo no tuve el coraje que ahora tiene ella. Clarín primero te toma una baldosa, después dos, después tres, y en un momento quiere que seas su empleado”, se quejó, y buscó apoyo en uno de sus operadores dilectos, el diputado Dante Dovena: “Vos sabés de lo que hablo, Dante; vos fuiste director de Papel Prensa”. Crítica de la Argentina fue testigo directo de la cena kirchnerista.
Pasadas las nueve de la noche, y tras tomar algunos sorbos de gaseosa, el ex presidente arremetió contra su enemigo dilecto, el campo. “Este sector no entiende todos los beneficios que les damos desde el Gobierno”. Kirchner usó como ayudamemoria un papel redactado por la ministra de Producción, Débora Giorgi, y enumeró los supuestos beneficios económicos que su Gobierno le dio al campo. Según él, la Casa Rosada destinó más de 21.700 millones para el agro. “Yo les leo esto para que ustedes sepan la información y para que la transmitan. La gente tiene que saber”.
A los intendentes, y sobre todo a Scioli, les quedó claro que la postura oficial respecto de los ruralistas no cambió ni cambiará. Pasadas las nueve y media de la noche, el ex presidente terminó su discurso. Su audiencia lo aplaudió, aunque sin demasiado énfasis. Justo en ese momento llegaron los mozos con el asado. Kirchner evitó las carnes rojas. Comió pollo y rompió una de sus reglas gastronómicas: bebió vino tinto. A cien metros del quincho donde departía el aparato del PJ, sobre una cancha de fútbol, descansaba a oscuras el imponente helicóptero presidencial que Kirchner había usado para llegar a Caseros, acompañado por sus laderos de siempre, el secretario de Obras Públicas, José López, y el jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga.

La guerra mediática se traslada al Congreso

Por cadena nacional y con el respaldo de una marcha, Cristina Fernández avanzará en su batalla contra el sistema de medios. El proyecto será recibido en el Parlamento con el rechazo casi unánime de la oposición y con dudas e incertidumbre en el propio oficialismo.
Por: Jesica Bossi
Un año atrás. La Presidenta presentó en La Plata el Proyecto de Servicios de Comunicación Audiovisual que ahora formalizará.
En un clima de intrigas y presiones cruzadas, ingresa hoy en el Congreso el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La discusión por la nueva norma de los medios enviada por Cristina Fernández de Kirchner promete ser una batalla durísima que deberá dar el oficialismo.
Con la mayoría de la oposición en desacuerdo, el desafío del kirchnerismo será encolumnar a la tropa propia y aliada detrás de una iniciativa que surca los intereses de los legisladores en sus provincias. “¿Cuántos van a votar a favor de una ley que va en contra de los intereses del medio de comunicación de su región? Si hacen eso, políticamente los matan”, argumentó un diputado oficialista.
Todavía desde Olivos no se comunicó a los jefes de la bancadas oficialistas, el diputado Agustín Rossi y el senador Miguel Ángel Pichetto, cuál será la estrategia para sancionar un proyecto que afecta los intereses del Grupo Clarín. De hecho, la prioridad a corto plazo es la aprobación del presupuesto 2011 que ingresa en la Cámara baja en tres semanas.
“Entre septiembre y octubre la actividad va a estar centrada en el debate presupuestario”, dijo a Crítica de la Argentina un diputado kirchnerista. En forma paralela, el oficialismo prometió abrir el debate sobre asuntos vinculados con los recursos y gastos del Estado, como la asignación de ingresos a los sectores postergados, el Impuesto al Cheque e incluso las retenciones. Claro que como contrapartida quienes exijan cambios deberán explicar cómo se financiarán.
En Diputados, el proyecto K que reemplazará la vieja Ley de Radiodifusión decretada en 1980 será girado a la Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por el santafesino Guillermo Marconato, y la de Comunicaciones e Informática, encabezada por el pampeano Manuel Baladrón. Ambos cuerpos –en los que el oficialismo tiene cómoda mayoría– funcionarán como un plenario conjunto. En principio, no está previsto que recale en la Comisión de Libertad de Expresión, cuya titular es la radical Silvana Giúdice. “Entre 2001 y 2006, hubo diez proyectos de ley de radiodifusión que fueron girados a la comisión. No hay razón para que no lo envíen”, dijo a este diario la diputada de la UCR.
La oposición en las dos cámaras mantendrá una postura abroquelada en contra del proyecto, si es que se mantienen los ejes del texto que presentó CFK en marzo pasado. Allí, prohíbe que los dueños de canales de aire posean cables en la misma zona geográfica, reduce de 24 a 10 el número de licencias y establece que éstas serán revisadas cada dos años por el Poder Ejecutivo. Además, habilita a que las empresas telefónicas brinden servicios audiovisuales, una puerta de ingreso al negocio jugoso del triple play, esto es, que una misma firma venda el paquete completo de internet, tevé y telefonía.
Entre los reclamos que plantean desde la Coalición Cívica, el radicalismo y el socialismo, están la supuesta discrecionalidad que tendrá el Ejecutivo para renovar o no licencias, los topes máximos fijados para cada compañía y la omisión de otros aspectos como la falta de regulación sobre la distribución de la publicidad oficial.
Desde Unión PRO también manifestaron su disenso absoluto. El diputado Francisco de Narváez, socio de América TV, adelantó a este diario que a pesar de tener intereses en el negocio no se abstendrá de participar en el debate y que votará en contra. “Esta ley la debería tratar el Congreso que viene”, sostuvo.
El arco progresista, conformado por distintos bloques que suman 16 legisladores que a veces acompañan las medidas del oficialismo, ve con buenos ojos la batalla que viene. La diputada Cecilia Merchán (Libres del Sur) fue una de las que más fogoneó la propuesta como miembro de la Coalición por una Radiodifusión Democrática.
“El anteproyecto es serio, pero habría que hacerle modificaciones”, opinó Eduardo Macaluse, titular del bloque Solidaridad e Igualdad. “Deberíamos establecer más controles al Ejecutivo para que no haya discrecionalidad y revisar cómo debe ser el ingreso de las telefónicas, para no generar otros monopolios”, explicó.
En los pasillos del Senado, el tratamiento de la nueva ley provoca rispidez. Si bien Pichetto no armó una reunión para analizar el tema puertas para adentro, trascendió que el reordenamiento del oficialismo comenzó por Guillermo Jenefes, titular de la Comisión de Comunicación y, al mismo tiempo, propietario de medios de prensa en Jujuy, quien fue conminado a enrolarse en una cruzada que no compartiría del todo.
El único que hasta ahora anunció que apoyará incondicionalmente es el senador pampeano Rubén Marín, que en declaraciones al diario local La Arena advirtió que es “un buen aporte para evitar los monopolios”.

Fuente:
Crítica de la Argentina

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