miércoles, 15 de octubre de 2008

"El periodista que se niegue a hacer un vídeo o a sacar una foto simplemente está perdiendo el tren de la historia"

Rosental Alves necesita pocas presentaciones. Fue uno de los pioneros en apostar por el periodismo digital en América Latina y un precursor en introducir su enseñanza en el ámbito académico. Tras una larga etapa como periodista y corresponsal en España, México, Argentina y Estados Unidos del diario Jornal do Brasil, cuyo proyecto online lideró, se estableció en Austin, Texas, para dictar en la universidad local la cátedra Knight de Periodismo, de la que es director. Además, ha sido el primer brasileño en recibir la Beca Nieman para una estancia académica en Harvard, en 1987. Durante la Asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Madrid, 233grados.com conversó con él sobre cómo encara desde las aulas la transformación que vive el periodismo.

Pregunta. Lleva años como profesor de periodismo digital y ha sido uno de los pioneros en enseñarlo. ¿Cómo ha sido ese proceso?

Respuesta. Yo me mudé a Austin en 1996. Un año antes había dirigido la operación en el Journal do Brasil que había creado el primer periódico brasileño en la Red. Ya en 1997-1998 empecé a decir en el Departamento de Periodismo de la Universidad que debíamos crear un curso de periodismo online. Recuerdo que en la primera discusión sobre el tema había mucho escepticismo por parte de mis colegas. Me decían que podía ser una moda pasajera, lo comparaban con otras tecnologías que no properaron pero que algunas universidades habían llegado a enseñar. Y yo les decía que no era así. Internet tenía entonces 56 millones de usuarios en Estados Unidos, lo recuerdo bien, por lo que estaba claro que no hablábamos de una moda sino de algo muy grande que recién estaba empezando y que significaba una oportunidad para los periodistas. Al final me aceptaron la idea. Los estadounidenses son muy propensos a la innovación y la experimentación. Así que en el '98 empecé mi primer curso y desde entonces todos los semestres lo doy. En principio la materia se llamaba Periodismo Online, después se cambió a Periodismo Multimedia porque creímos que ésa era la clave, la posibilidad de un nuevo lenguaje, una nueva técnica para contar historias. Hasta que en 2005 me di cuenta de algo muy importante: estábamos permitiendo que muchos estudiantes se graduaran en Periodismo sin haber tenido una clase de nada relacionado con la web. No porque no la ofreciéramos, sino porque el sistema americano es muy flexible, permite que el estudiante diseñe su currículo y cuenta con muy pocas materias obligatorias. Era un absurdo. Entonces creamos un curso introductorio obligatorio, Fundamentos del Periodismo Multimedia. Simultáneamente, la Unesco me invitó a formar parte de un comité consultivo en París que creaba un currículo de periodismo para países en desarrollo y nuevas democracias, y me tocó además después dar una asignatura online.

P. La nueva era digital ha cambiado la forma de hacer periodismo. ¿Ha modificado también la forma de enseñarlo?
R. También me dedico mucho a hablar con profesores de periodismo y periodistas que capacitan a otros periodistas, y siempre les digo que tenemos que cambiar no solamente los temas que enseñamos sino además nuestra manera de enseñar. Aquí hay muchas revoluciones con "r" minúscula y una con "r" mayúscula que es la Revolución digital, que está cambiando la faz del mundo. Uno de sus efectos son los cambios en las habilidades cognitivas de las personas. Llevo años diciendo un poco en broma que los nativos digitales tienen desarrolladas determinadas áreas del cerebro que las anteriores generaciones nunca desarrollaron. Ahora por suerte hay estudios científicos que respaldan eso. Y no sólo los nativos digitales. Quienes no lo somos también debemos desarrollar ciertas habilidades cognitivas que no teníamos antes. Eso produce que como profesor te encuentres en el aula a una generación que tiene una manera de comunicarse y de relacionarse con la información y con la comunicación muy distintas. Creo que tenemos que usar eso en la clase. Debemos dar espacio a la creatividad de los alumnos, mucho más que antes, cuando enseñábamos periodismo como una disciplina consolidada. Yo comencé como profesor cuando tenía sólo 21 años, pero yo imponía porque tenía esa autoridad que dan el saber y contar con una praxis muy sólida. Y hoy no es así, hoy se trata de inventar juntos. Hace muchos años en una discusión con colegas varios de ellos me dijeron que no tenían la osadía de enseñar periodismo online porque los alumnos sabían más que ellos, y yo les dije que yo enseño precisamente por eso y que lo primero que hago ante una clase es reconocerlo. Lo que tengo que los alumnos no tienen es el rol de guardián de los valores periodísticos, de la ética y la forma de contar historias, de la disciplina de la verificación de los hechos, etcétera, pero en muchos momentos cuando se está en ese mundo hay que apartarse y dejar que los jóvenes jueguen, dejar que creen.

P. Ese ha sido justamente uno de los temas planteados en la Asamblea de la SIP, que muchos profesores no están o no se sienten capacitados para enseñar periodismo digital.
R. Eso, que para muchos es una cosa que intimida, para mí es algo que me entusiasma. Los profesores tenemos la grandiosa posibilidad de estar con los jóvenes. Nuestra población nunca se pone vieja y eso nos ofrece oportunidades enormes, por ejemplo en el área de la investigación. Lo más difícil para los medios hoy en día está siendo hablar y entender a los jóvenes, y nosotros los tenemos ahí con nosotros, a nuestro alcance.

P. ¿Cómo puede hacer un periodista de formación tradicional para adaptarse a la era digital?
R. En la capacitación de periodistas he notado que lo primero que hay es una resistencia natural por temor a no entender anda. Por años escuché esa tontería de “esto de las computadoras es griego para mí”, o "yo no entiendo nada, yo soy periodista". El primer paso es crear una mentalidad abierta, no resistirse, interesarse por estos temas. Debo decir que en todos estos años ha sido muy difícil convencer a los periodistas de todo esto. En Estados Unidos ahora es más fácil porque hay un baño de sangre en las redacciones y la industria está llegando a los 233 grados, hay despidos masivos y todo ello obliga a los periodistas a despertarse por una cuestión de supervivencia. Hace poco visité una redacción y se me acercaron dos viejos periodistas amigos de mi época de corresponsal para pedirme consejo sobre lo que debían hacer y preguntarme si les convenía abrirse un blog. Es gente que hasta hace poco tenía esa idea de que la tecnología no guardaba relación con ellos. Eso sucedía en la era industrial, cuando la división de trabajo era mucho más determinada, pero no es así ahora, cuando la tecnología se ha movido casi al centro de la actividad periodística. Lo que va a pasar muy pronto es que se va a volver invisible. El otro día una amiga me contaba que su hija está aprendiendo a manejar y que pone más atención a las marchas y al tablero que a la carretera. Con internet es exactamente igual. Estamos en una etapa de aprendizaje, pero luego la tecnología va a volverse tan parte del día a día del quehacer periodístico que se va a tornar invisible. Para los nativos ya es así, ellos están mirando la carretera. Mire, yo he sido muy criticado por hacer clases basadas en flash. No pretendo que mis alumnos sean expertos, sino que sepan utilizarlo. Pero en realidad lo que estoy enseñando es la propia capacidad de aprender, intento que se les abra la mente a lo nuevo y vean que pueden usar cualquier herramienta. Aunque hoy la industria no esté usando tanto flash nosotros tenemos que estar adelante, aprender a usar todas las herramientas y dar el espacio de creatividad para probar e intentar cosas nuevas. Mi alumno aprende a hacer vídeo, foto, textos. El periodista que se niegue a hacer un vídeo o a sacar una foto simplemente está perdiendo el tren de la historia. Por supuesto que él hará la foto o el vídeo coyuntural y jamás va a reemplazar a los profesionales. No se trata de reemplazar personas, sino de que todo el mundo sepa un poquito y pueda hacerlo cuando sea necesario.

P. También se está hablando mucho de integración de redacciones. Usted mismo ha calificado el debate como un enfrentamiento entre "integracionistas" y "separatistas".
R. Son los debates propios de una era de transición y, como tales, no son conclusivos. Pero debatir nos hace avanzar un poquito. Para mí hace años que está claro: soy un "integracionista". Estamos en una revolución, lo cual no es lo mismo que una evolución tecnológica. Es comparable solamente con la invención de la imprenta. Es un proceso que no vamos a ver completo y que nos saca de la era industrial y nos coloca en otra era. Es algo de propociones inmensas y que afecta a todas las actividades humanas, pero en la nuestra se vuelve central. Algunos lo comparan con la llegada de la radio o la televisión, pero no es igual. En ambos casos el periódico cambió (redujo sus ediciones, por ejemplo) pero sobrevivió. Pero ahora es diferente, el periódico no va a ser más periódico sino menos, un híbrido de átomos y bits, una central de información periodística entregada en diferentes plataformas y que tiene que producirse para eso. La idea de que cada uno esté a lo suyo pertenece al siglo pasado. Yo entiendo la idea de algunos “separatistas” de que aún muy temprano para "cerrar el laboratorio", como dijo Jean-Francoise Fogel al visitarnos en Austin. Con eso estoy de acuerdo, porque como digo sólo hay una alternativa para la integración y es postergarla. Porque la naturaleza del periódico ha cambiado. Aún los diarios que no lo hacen abiertamente están acometiendo un proceso de deconstrucción del periodismo y de la propia producción periodística. Están reorganizándose en un ambiente multiplataforma y multimedia. Ahora bien, también creo que las empresas que se unen deberían acometer también otras aventuras en internet, porque sino van a perder frente a los medios propios de la web que están naciendo en todas partes. Otra cosa que es muy importante entender es que tenemos un sistema mediático obsoleto, heredado de la era industrial, que ya está siendo reemplazado. Yo quiero salvar la esencia del periódico, no al papel, sino al espíritu y al periodismo de calidad. Por eso debemos introducir la mentalidad multimedia en un ambiente que hasta hace poco ha sido analógico y monomedia.

P. Aún hay quienes hablan de "falta de rigor" en los medios digitales.
R. Eso es condenar el soporte. Ya pasamos por eso tantas veces a lo largo de la historia. No hay que hacer caso. Eso es como decir que en internet las noticias son muy cortas y es al contrario, nunca un medio ha sido tan profundo como internet gracias a los enlaces. Igual estas generalizaciones, que son equivocadas, ayudan al proceso porque crean una polémica interesante.

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