domingo, 4 de noviembre de 2007

La señora K

La nueva presidenta con su esposo en la sombra. Así dicen que será su mandato. Foto: AP
No hubo sorpresas en las elecciones presidenciales en Argentina. La Primera Dama Cristina Fernández de Kirchner se impuso cómodamente en primera vuelta. Pero no por eso su victoria deja de ser histórica. Cristina K, como le dicen en tono familiar, se convertirá el próximo 10 de diciembre en la primera mujer en ocupar la presidencia del país gaucho por votación popular y la segunda en Suramérica después de la chilena Michelle Bachelet.
Los argentinos sufragaron por el continuismo tras cuatro años de gobierno de Néstor Kirchner. Y es lógico. Kirchner llegó a la Presidencia en 2003 en medio de una de las peores crisis económicas de la historia y con más de 100.000 millones de dólares en deuda. En menos de un lustro, el mandatario logró cancelar más de la mitad de lo debido, rompió la dependencia con el Fondo Monetario Internacional, FMI, y elevó las reservas monetarias por encima de los 43.000 millones de dólares. Más destacable aún, puso al país a crecer a un ritmo del 9% anual.
Quizás por eso -y porque su esposa lo releva- nadie espera que Kirchner desaparezca del mapa político sino que forme una especie de coalición de gobierno muy similar a la que existió en el cuatrienio anterior cuando Cristina, pese a su cargo como senadora, era una voz de referencia para cualquier decisión.
La dupla, en cualquier caso, asumirá con un poder enorme pues en las elecciones aseguró también la mayoría en la Cámara de Diputados, ratificó el dominio en el Senado y ganó las ocho gobernaciones en juego. Como si fuera poco, el actual vicepresidente Daniel Scioli arrasó con la Gobernación de la provincia de Buenos Aires, el segundo cargo más importante del país.
Por el momento, el poder quedó en familia pero sus rivales no son de poca monta. Aunque la candidata de la Coalición Cívica Elisa Carrió obtuvo un distante segundo lugar con solo 23 puntos porcentuales, tuvo un gran desempeño en centros urbanos del país diferentes a Buenos Aires como Rosario, Córdoba y Mar del Plata. Signos de que la maquinaría "kirchnerista" es vulnerable.
Y el camino esta lleno de riesgos. Pese a la recuperación económica, la situación de Argentina sigue siendo precaria. Todavía son grandes sumas las que se le adeuda a Estados Unidos y al Club de París (combinadas, más de 10.000 millones de dólares), sigue la crisis energética por la escasez de gas natural y ha crecido la delincuencia, especialmente en la capital.
No obstante, el tema más explosivo es el de la inflación. Tanto, que el FMI se declaró "sumamente preocupado". Según las proyecciones, la inflación alcanzará este año el 9,5% y se calcula que llegará al 12,6% en 2008, la mayor tasa de la región después de Venezuela y el doble del promedio hemisférico.
El incremento, acompañado por la incapacidad de la industria para sostener la demanda energética, provocará, según el Fondo, una desaceleración del crecimiento económico en un 5,5 % para 2008.
La receta del FMI es reducir el gasto fiscal y elevar las tasas de interés, dos decisiones impopulares que limitarían el margen de la Kirchner para consolidar lo ganado. Pero si no controla la inflación, serán los sectores más pobres -que componen el fuerte de su base popular- los que más sufrirán por el aumento de los precios. Con razón el analista Riordan Rott, de la Universidad de Johns Hopkins, ha dicho que la Kirchner "es una dinastía que está apenas en obra negra".

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